jueves, 6 de marzo de 2008

Cultural Studies

He aquí un apretado resumen sobre la Escuela de Birmingham, para los estudiantes de Teorías de la Comunicación.


La Escuela de Birmingham aspira a comprender y explicar la articulación entre clase social y práctica cultural con una mirada que trasciende lo socioeconómico. A pesar de que el grupo y sus obras son de los años cincuenta, recién se institucionaliza aproximadamente diez años más tarde, en torno al Center for Contemporary Cultural Studies de Birmingham, Inglaterra, fundado en 1964 por Richard Hoggart. Entre los padres fundadores, además de Hoggart, se encuentran Stuart Hall, Edward Thompson y Williams Raymond, todos provenientes de las clases más bajas de la sociedad (razón por la cual estudian principalmente estos sectores). "Su interés se centra sobre todo en analizar una forma específica de proceso social, correspondiente a la atribución de sentido a la realidad, al desarrollo de una cultura, de prácticas sociales compartidas, de un área común de significados" (Wolf, Mauro). Es decir, para comprender la acción de los media como sostén del status quo y herramienta para el control social, es imprescindible centrar la atención allí donde los efectos ideológicos se evidencian: en las prácticas culturales. Ponen de manifiesto la continua dialéctica entre sistema cultural, conflicto y control social: "la cultura no es una práctica, ni es simplemente la descripción de la suma de los hábitos y costumbres de una sociedad. Pasa a través de todas las prácticas sociales y es la suma de sus interrelaciones" (HALL, 1980).
Haciendo foco en el tema de la cultura, desarrollan las ideas de contracultura, y subcultura (ambas van en sentido opuesto a la hegemónica, pero se diferencian en que, la primera, pretende el liderazgo, mientras que la segunda no), alegando que a pesar de que existe una cultura hegemónica, cuyo poder es consensuado en el imaginario colectivo, ésta no alcanza todas las expresiones de las prácticas culturales del grupo, sino que también hay resistencias generadas por otras resignificaciones. Aquí entra en juego el concepto de mediación. Mediar, o resignificar, implica dar otro sentido a los conceptos desde la propia experiencia. Es por esto que se oponen al papel residual y meramente 'reflejo' asignado a lo cultural, a diferencia del marxismo, que reduce todo a un proceso economicista, y a una relación mecánica. Postulan que la infraestructura económica no determina la supraestructura, sino que esta última es una expresión de aquella (no el reflejo). De este modo se inscriben en el neo-marxismo, el movimiento de la "new left review" (Nueva Izquierda). Es decir, no desconocen la infraestructura, pero apuntan a la expresión y significación de la gente, que media desde su propia experiencia, desde su universo simbólico (Estructura de significación).
Explican la labor del intelectual orgánico, quien debe tomar verdadero compromiso frente al tema a estudiar, lo que implica que milite: Investiga y participa, y se compromete hasta partidariamente. Su trabajo consiste no solo en investigar, analizar, y sacar conclusiones, sino también en recoger impresiones (información sobre lo que el grupo estudiado cree de las conclusiones sacadas) para, de este modo, ayudar a las trasformación social.

Aportes de los padre fundadores

The Making of the English Working Class , de E. Thompson, quien afirma que las clases no son categorías estables, sino el resultado de los procesos económicos, y también de los culturales, e históricos; por lo que es algo vivo: "The working class did not rise like the sun at an appointed time. It was present at its own making”


The Uses of Literacy, de Richard Hoggart ofrece una lectura de los valores y significados dentro de los esquemas de las clases trabajadoras. A pesar de que al principio, por tener su propio universo simbólico y mediar a través de este, la cultura obrera puede ofrecer algún tipo de resistencia frente a los medios de comunicación de masas (representados por la TV), esa resistencia se va desintegrando, y termina desfigurándose en una cultura sin rostro.

Codificación y decodificación, donde Hall Stuart presta especial atención a las redes discursivas, con una mirada abarcadora sobre la interpretación. Los cambios tecnológicos implican cambios en los modos de estructuración y recepción de los mensajes. Habla de receptor activo, que resignifica desde lo que vive y atraviesa. Esto da origen a desfasajes entre lo que se emite y lo que se interpreta: "No existe correspondencia necesaria entre codificación y decodificación, la primera puede intentar dirigir pero no puede garantizar o prescribir la última que tiene sus propias condiciones de existencia..." (HALL, STUART "Codificación y Decodificación", 1980).

Culture and Society. Raymond Williams desarrolla el tema de hegemonías, describiendo tres elementos, que las diferencian entre arcaicas, residual, y emergente. Llega a la conclusión de que la hegemonía no se puede imponer una vez y para siempre, sino que es algo que es algo vívido que va absorbiendo las resistencias; se adapta, cambia y transforma a partir de estas. Ningún orden social dominante, y por tanto ninguna cultura dominante, realmente llega a agotar la práctica humana. Los medios de comunicación actúan como traductores de hegemonía, otorgan sentido.

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